Los teléfonos se inventaron para acortar distancias, no para alargarlas
Mis padres
Tardé muchos años en comprender el verdadero significado del aforismo con el cual doy inicio a esta entrada. Quizá por mi terquedad o porque cada generación trae sus propios caprichos, no veía nada de malo en extender mis conversaciones por teléfono más de lo necesario. Aquella súplica con la cual se me llamó la atención años atrás cobró sentido cuando fui consciente de lo supeditadas que están nuestras interacciones con los demás a los medios que disponemos para comunicarnos. Y es que actualmente la situación no es muy distinta y con las tecnologías emergentes se está virtualizando todo. Las conversaciones se están reemplazando por mensajes de texto cada ves más inexpresivos: Se omiten acentos, comas, y tildes, quizá por el afán de "comunicarse" lo más pronto posible o por la pereza de tomarse el tiempo para puntuar y acentuar --otra perspectiva más desalentadora apunta a la ignorancia de la ortografía. Con los afanes de "estar conectados" estamos creando una sociedad cada vez más dispersa e inconexa, los espacios de intercambio personal están siendo usurpados por espacios virtuales.
Sin duda, el abanico de posibilidades de comunicación con el cual disponemos hoy es enorme, y no puede negarse que en muchos ámbitos es deseable disponer de un medio impersonal para comunicarse rápida y eficientemente, pero no sé como la gente cambia el placer de una conversación "de tu a tu" por servicios de mensajería instantánea. El vibrar de otras personas, sus gestos, sus acentos, sus risas --las de verdad, esas que la onomatopeya del "ja ja ja" apenas puede representar-- y todas esas pequeñas cosas que como sinergia hacen que conversar sea algo placentero.
Sin duda, el abanico de posibilidades de comunicación con el cual disponemos hoy es enorme, y no puede negarse que en muchos ámbitos es deseable disponer de un medio impersonal para comunicarse rápida y eficientemente, pero no sé como la gente cambia el placer de una conversación "de tu a tu" por servicios de mensajería instantánea. El vibrar de otras personas, sus gestos, sus acentos, sus risas --las de verdad, esas que la onomatopeya del "ja ja ja" apenas puede representar-- y todas esas pequeñas cosas que como sinergia hacen que conversar sea algo placentero.
Para mi el problema radica, como todo, en abusar: basar las relaciones en medios tan volátiles como las redes sociales o los servicios de IM, pueden dar lugar vínculos igualmente volátiles. La sociedad y el mundo necesitan más de personas que conversen personalmente, que compartan, que cultiven su empatía --una dimensión humana que se desarrolla teniendo un intercambio personal con los demás-- que permita conexiones más profundas.
A mis Padres gracias por el empujón para descubrir esto en mi interior: Que no hay nada como una buena conversación, pero una de verdad.No se puede enseñar nada a un hombre; sólo se le puede ayudar a descubrirlo en su interior.Galileo Galilei